Fabricar aleaciones de cobre-níquel 90-10 y 70-30 es sencilla; son dúctiles y fáciles de conformar aunque requieren un mayor grado de limpieza que los aceros. La maquinabilidad es similar a la del bronce de aluminio, los bronces de fósforo y otras aleaciones de cobre que no contienen adiciones de fácil mecanización. Se pueden soldar mediante la mayoría de los procesos estándar.
Normalmente se recomiendan entre 70 y 30 consumibles de soldadura para ambas aleaciones, ya que ofrecen características de deposición y resistencia a la corrosión superiores. La resistencia es al menos comparable a la de cada uno de los metales base. Tanto los electrodos recubiertos con fundente como los alambres desnudos se pueden suministrar con especificaciones reconocidas y se les ha añadido titanio para evitar la porosidad.
Para soldar cobre-níquel a acero, se utilizan consumibles con un 65% de níquel-cobre para que el metal de soldadura pueda absorben más dilución de hierro del acero sin agrietarse que los metales de soldadura de cobre-níquel. Al soldar, se deben utilizar aleaciones a base de plata en lugar de aleaciones que contengan fósforo.
No es necesario ningún tratamiento térmico después de la soldadura. La limpieza posterior a la soldadura no es tan crítica como lo es con los aceros inoxidables. Se deben eliminar todos los rastros de salpicaduras y escoria y la soldadura se puede limpiar usando un cepillo de acero inoxidable o una rueda de aleta giratoria para dejar un acabado brillante.