La aleación 825 (UNS N08825) es una aleación austenítica de níquel-hierro-cromo con adiciones de molibdeno, cobre y titanio. Fue desarrollado para proporcionar una resistencia excepcional a numerosos ambientes corrosivos, tanto oxidantes como reductores.
El contenido de níquel de la aleación 825 la hace resistente al agrietamiento por corrosión bajo tensión por cloruro y, combinado con molibdeno y cobre, proporciona sustancialmente Resistencia a la corrosión mejorada en ambientes reductores en comparación con los aceros inoxidables austeníticos convencionales. El contenido de cromo y molibdeno de la aleación 825 proporciona resistencia a las picaduras de cloruro, así como resistencia a una variedad de atmósferas oxidantes. La adición de titanio estabiliza la aleación contra la sensibilización en el estado de soldadura. Esta estabilización hace que la aleación 825 sea resistente al ataque intergranular después de la exposición en el rango de temperatura que normalmente sensibilizaría a los aceros inoxidables no estabilizados.
La aleación 825 es resistente a la corrosión en una amplia variedad de entornos de proceso, incluidos los sulfúricos y sulfurosos. , ácidos y álcalis fosfórico, nítrico, fluorhídrico y orgánico, como hidróxido de sodio o potasio, y soluciones ácidas de cloruro.
La fabricación de la aleación 825 es típica de las aleaciones a base de níquel, con un material fácilmente conformable y soldable. mediante una variedad de técnicas.
Níquel | 38,0 mín.–46,0 máx. | Hierro | 22,0 min. |
Cromo | < td>Molibdeno | 2,5 min.–3,5 máx. p> | |
Molibdeno | 8.0 min.-10.0 max. | < td>1,5 min.–3,0 máx. | |
Titanio< /p> | 0,6 mín.–1,2 máx. | Carbono | 0,05 máx. |
Niobio (más tantalio) | 3,15 min.-4,15 máx.< /p> | Titanio | 0,40 |
Carbono | 0,10 | Manganeso | 1,00 máx. p> |
Azufre | 0,03 máx. | Silicio | 0,5 máx. |
Aluminio | < td>
Límite elástico | Máxima resistencia a la tracción | Alargamiento | Dureza | ||
psi (mín.) | (MPa) | psi (mín.) | (MPa) | % (mín.) | < td>|
49.000 | 338 td> | 96.000 | 662 | 45 | 135-165 |
La aleación 825 tiene buenas propiedades mecánicas, desde criogénicas hasta moderadamente altas temperaturas. La exposición a temperaturas superiores a 1000 °F (540 °C) puede provocar cambios en la microestructura que reducirán significativamente la ductilidad y la resistencia al impacto. Por esa razón, la aleación 825 no debe utilizarse a temperaturas en las que las propiedades de rotura por fluencia sean factores de diseño. La aleación puede reforzarse sustancialmente mediante trabajo en frío. La aleación 825 tiene buena resistencia al impacto a temperatura ambiente y conserva su resistencia a temperaturas criogénicas.